Campañas de calidad.

Campañas de calidad.

Miguel Carbonell.
Director del Centro de Estudios Jurídicos Carbonell AC.

Una vez que las candidaturas presidenciales de los principales partidos parece que ya se van definiendo (a reserva de cumplir con los trámites legales en los próximos meses), es de esperarse que podamos en breve comenzar a ver plataformas de campaña animadas por ideas de fondo y no por meros slogans o jingles.

Los problemas de México no se van a resolver con la mera repetición de esos mensajes de 20 o 30 segundos llamados spots, que están siempre completamente vacíos, pero que inundan a todas horas nuestras estaciones de televisión y radio, y que en años pasados nos han perseguido incluso cuando vamos al cine con la intención de pasar un momento de sosiego con nuestra familia. Todavía no termina uno de acomodarse en la butaca cinematográfica y ya están apareciendo las mentiras de cierto partido y sus demagógicos mensajes que son un verdadero atentado a la inteligencia de los ciudadanos.

Lejos de esas prácticas comunicativas que solamente hacen aumentar la ya de por sí enorme distancia entre los votantes y los partidos, lo que nos urge es saber qué van a proponer los candidatos respecto a los enormes problemas que tenemos en el país.

Los ciudadanos queremos que nos digan con detalle y con precisión, qué piensan hacer en el tema del combate a la impunidad, cómo van a promover empleos mejor pagados, de qué manera van a combatir la corrupción, qué propuestas tienen para mejorar la insuficiente infraestructura del país, qué ideas tienen para mejorar la educación que reciben millones de niños y jóvenes, y un largo etcétera.

Necesitamos escuchar ideas novedosas pero que puedan tener una aplicación práctica en cuestiones como el transporte público, el acceso al agua, el financiamiento de la vivienda, el ingreso a una carrera universitaria, la calidad de los servicios que presta el gobierno, la atención en los hospitales públicos y muchos otros temas. Eso es lo que al final del día hace que las personas puedan elevar sus estándares de calidad de vida.

A los ciudadanos no nos interesa seguir escuchando las mismas ideas gastadas de siempre. Todos los candidatos prometen y prometen cosas, pensando seguramente que somos idiotas, que no tenemos memoria o que nos pueden seguir engañando hasta la eternidad. Hay que exigirles a los partidos seriedad en sus planteamientos y a los candidatos definiciones puntuales sobre los temas que nos importan a la mayoría de los ciudadanos.

No olvidemos que estamos ante un momento particularmente delicado de la historia del país. El entorno exterior no nos resulta favorable. Nuestro país vecino en la frontera norte está pasando una de sus épocas más caóticas e impredecibles de las últimas décadas. Nuestra moneda se ha devaluado de manera importante, nuestros políticos están en niveles ínfimos de credibilidad según todas las encuestas disponibles. Los partidos políticos están en el sótano de la confianza institucional del país. 

Esperemos que los candidatos se den cuenta del complicado entorno en el que nos encontramos y que a través de la exigencia de la ciudadanía y de los medios de comunicación podamos asistir a una competencia electoral que no se base exclusivamente en la imagen de los candidatos y en las trilladas frases que adornan bardas y pendones, sino que podamos encontrar entre todos un terreno común para discutir los grandes temas de interés nacional, y que sean esos temas y no otros los que ocupen la mayor parte del tiempo de las campañas electorales que están a punto de arrancar. Ojalá así sea.

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