Tanto en nuestra vida en general como en la vida profesional de los abogados, la argumentación es una actividad omnipresente. Cuando argumentamos, lo que hacemos en realidad es comunicarnos con los demás a través del ofrecimiento de razones. La argumentación es un proceso comunicativo cuyo objetivo es persuadir. Una buena argumentación se basa en razones, razones válidas y legítimas, para demostrar que lo que decimos es correcto, para lograr convencer a las demás personas sobre cierto punto, o para que actúen como queremos que lo hagan. Para los abogados, la capacidad argumentativa es indispensable y quizá la cualidad más relevante para distinguir entre los buenos abogados y los abogados mediocres, sin embargo, saber argumentar bien requiere ciertas características y reglas que han venido cambiando y evolucionando en años recientes. La manera en los operadores jurídicos tiene que construir sus argumentos, premisas y conclusiones está condicionada a una...