6 consejos para una buena negociación
6 consejos para una buena negociación.
Miguel Carbonell.
Director del Centro de Estudios Jurídicos Carbonell AC.
No todos los asuntos jurídicos se pueden
resolver a través de un litigio. Hay muchos casos en los que lo mejor que
podemos hacer como abogados es buscar una solución negociada, a través de la
cual le ahorremos tiempo, dinero y esfuerzo a nuestros clientes. Saber negociar
es esencial para todo abogado.
Para negociar con éxito creo que pueden
ser útiles los siguientes consejos o sugerencias:
1) Mantén control de tus emociones.
Cuando estamos en una negociación lo peor
que nos puede pasar es que nos dejemos llevar por emociones como la ira, la
frustración, el hartazgo o incluso la prisa. Recordemos tres cosas que nos
pueden servir: primero, como abogados siempre estamos negociamos en nombre de
nuestros clientes, no de nosotros mismos; segundo, tenemos que mantener en todo
momento una actitud profesional y diligente, la cual no puede ser menoscabada
por impulsos emocionales; tercero, las emociones propias son algo que nosotros
podemos controlar dentro de una negociación, no debemos perder esa ventaja.
2) Busca el mejor lugar disponible para
realizar la negociación.
Antes de iniciar una negociación,
dependiendo del tema y de la actitud de la otra parte, debemos tomar una
decisión sobre el lugar en el que vamos a llevarla a cabo. ¿Conviene más un
lugar público o un lugar con privacidad? ¿podemos pedirles que vengan a nuestro
despacho o es mejor ir al suyo? ¿debemos buscar un lugar neutral? Si podemos
contestar bien esas preguntas tendremos muchas ventajas al momento de iniciar
la negociación.
3) Pon al tiempo a jugar en tu favor.
El elemento del tiempo es central en toda
negociación. Hay que saber si la otra parte tiene prisa por llegar a una solución
al problema o si es uno el que tiene cierta urgencia. En todo caso, lo mejor es
que la otra parte no sepa si tenemos o no prisa.
Ir modulando el tiempo de la negociación
puede ser una carta muy favorable en cierto tipo de negociaciones; por ejemplo,
cuando se trata de pagar una deuda y el acreedor con el que estamos negociando
necesita con urgencia el dinero.
4) Evita tomar decisiones “en caliente”.
Un buen negociador es aquel que analiza
con detalle y con calma la información necesaria para celebrar un acuerdo que
le sea favorable. Esa posibilidad disminuye cuando tomamos decisiones
precipitadas, sin detenernos a reflexionar sobre lo que más nos conviene. Por
eso es bueno que, cuando el acuerdo es inminente, pidamos a la otra parte un
tiempo de reflexión que nos permita evaluar correctamente la propuesta.
5) Busca criterios objetivos.
Muchas personas piensan que un proceso de
negociación es una especie de “torneo de voluntades” en el que gana el más
persistente o el más necio. La verdad es que los mejores negociadores son
aquellos que ofrecen elementos objetivos para llegar a un acuerdo. No se trata,
en este punto, de lo que quiere una parte o de lo que quiere otra. Siempre
vamos a querer ganar todo y no perder nada. Pero eso no es una negociación en el
mundo real. Siempre hay algo que vamos a tener que ceder. ¿Cómo determinar con
objetividad el mejor acuerdo para todos los interesados?
Debemos buscar criterios objetivos, que no
dependen de la voluntad de las partes. Esos criterios pueden ser, por ejemplo,
el precio de mercado de cierto bien o producto, el costo, la tradición o la
reciprocidad.
6) Fija tu propia línea roja.
Antes de iniciar una negociación es
importante que tengas claridad respecto a lo que se suele llamar el “precio de
reserva”, es decir, la condición por debajo de la cual ya no te conviene seguir
negociando ya que lo que la otra parte ofrece es algo que está completamente
fuera de tus expectativas.
La determinación del precio de reserva (o
línea roja) es importante para evitar presiones y tentaciones a la hora de
estar negociando.
Como podemos ver, hay muchos aspectos a
tomar en cuenta para poder ser buenos negociadores. Los que acabo de enunciar
son solamente algunos de los que se deben tomar en cuenta.
Lo cierto es que saber negociar no es algo
así como “un arte”, sino que es un conjunto de técnicas y, como tales, pueden
ser aprendidas por cualquier persona. Saber negociar es algo que nos sirve como
profesionales del derecho, pero también como simples ciudadanos. Hay que
tenerlo muy presente.
Técnicas de negociación para abogados