Enormes expectativas.
Enormes expectativas.
Miguel Carbonell.
El abrumador triunfo de los candidatos de MORENA y las
celebraciones que se dieron durante y posteriormente a la jornada electoral
elevan las ya de por sí muy altas expectativas que la gente tiene respecto al
próximo gobierno. La figura del futuro Presidente de la República y su lucha de
décadas dentro del sistema político mexicano, revisten un gran simbolismo. AMLO
tiene la oportunidad de pasar a la historia como uno de los mejores Presidentes
del país, si es capaz de leer bien las razones por las que ganó el domingo y lo
que la gente espera que haga desde la Presidencia de la República.
¿En qué se debe concentrar el Presidente electo AMLO y los
gobernadores electos que pertenecen a su partido? Lo primero es realizar una especie de
“operación cicatriz”, pero no solamente respecto a sus ex-rivales políticos,
sino con las personas que con todo derecho no están de acuerdo con sus propuestas.
Hay que intentar generar un clima de unidad, para hacer frente
desde su toma de posesión a los enormes retos que enfrentará el nuevo equipo de
gobierno. Más vale empezar enseguida con la interlocución indispensable con
todos los actores relevantes, desde el gobierno actual hasta el empresariado,
desde los diálogos diplomáticos hasta los liderazgos feministas, indígenas, de
campesinos, sindicales, etcétera, con todos se debe hablar, se debe exponer una
agenda de trabajo y se deben ir fijando prioridades. El próximo gobierno va a
tener éxito en la medida en que sea incluyente y no excluyente, en la medida en
que sepa sumar y no dividir, como ya lo
hizo el propio AMLO desde la campaña electoral.
Su primer discurso luego de conocerse los resultados electorales
permite vislumbrar ese tono conciliador, que mucha falta le hace al país y que
AMLO ha sabido utilizar con prudencia. Ojalá sigan su ejemplo otros políticos
de su formación partidista, puesto que eso ayudará a todos a llegar en buenas
condiciones a sus respectivas tomas de posesión.
Una vez que llegue al cargo, le tocará a AMLO comenzar a
cumplir con las enormes expectativas generadas por el tema en el que basó
medularmente su campaña electoral: el combate a la corrupción. El primer paso
debe ser en el sentido de consolidar el todavía inarticulado Sistema Nacional
Anticorrupción, el cual ya está formalmente en vigor, pero que en la práctica
no ha servido para (casi) nada, debido en buena medida a la falta de voluntad y
capacidad simuladora del actual gobierno. Las leyes y reglamentos ya existen,
hace falta aplicarlos a cabalidad y sin excepciones. La política del sexenio
debe ser de cero tolerancia hacia actos de corrupción, vengan de donde vengan.
Otro tema que va a requerir atención inmediata es el
panorama económico, que luce muy complicado en la actualidad y hacía adelante.
La posible liquidación del TLCAN, la depreciación del peso frente al dólar, la
debilidad del crecimiento, la persistencia del trabajo informal, los bajos
ingresos de muchos trabajadores, son temas que afectan a decenas de miles de
mexicanos y que deben ser materia de un cuidadoso análisis por parte del equipo
económico de AMLO.
Un tercer asunto en la agenda debe ser la relación entre el
gobierno federal y los gobiernos locales, tanto a nivel estatal como municipal.
México es un país enorme y no podemos pretender que los problemas que lo
afectan se resuelvan desde una oficina en el centro del país. Tanto los
gobernadores como los presidentes municipales deben poner de su parte para
construir una nueva gobernabilidad y hacer frente a los grandes desafíos del
país.
Un ejemplo para ilustrar el papel de los poderes locales: 92% de todos
los delitos cometidos son de competencia loca y no federal. Sin el auxilio y
compromiso de los gobiernos locales no puede haber lucha exitosa contra la
delincuencia, tan sencillo como eso. AMLO ha recorrido varias veces el
territorio nacional. No le costará identificar a los liderazgos locales cuyo
apoyo requiere y convencerlos de que se sumen a su tarea de gobierno. Ese
trabajo puede empezar enseguida; no hace falta esperar a diciembre.
Ojalá también, dentro de sus muchas tareas pendientes, AMLO
y su equipo más cercano puedan diseñar una buena campaña de comunicación. Será
muy relevante que expliquen con claridad qué quieren hacer a partir de
diciembre y cómo van a lograr aterrizar sus promesas de campaña. Pero esa
explicación debe llegar a todos los mexicanos y ser comprendida. Hay que ser
claros y transparentes respecto a lo que veremos cuando empiece el nuevo
gobierno.
Tienen por delante una tarea enorme. Ojalá aprovechen el
enorme bono democrático que recibieron el domingo en las urnas. A todos nos
conviene.