Hablemos de los honorarios profesionales de los abogados.

Hablemos de los honorarios profesionales
de los abogados.

Miguel Carbonell.
Director del Centro de Estudios
Jurídicos Carbonell AC.


En la mayoría de escuelas y facultades de derecho no se les enseña a los alumnos nada sobre el tema de los honorarios profesionales. Es muy probable que a todos o por lo menos a muchos de nosotros eso nos haya repercutido de manera negativa en el ejercicio de la abogacía.

Sale uno a la práctica profesional sin saber de qué manera se le cobra a los clientes por los servicios que les prestamos o qué distintas opciones hay para plantear nuestros honorarios, por lo cual perdemos valiosas oportunidades para obtener ingresos o cobramos menos de lo que deberíamos a nuestros clientes. Se trata de una de las grandes lagunas a la que todo abogado debe enfrentarse, a veces sin muchos elementos o sin pistas que lo puedan orientar.

De hecho, el problema es de índole más general, pues tal parece que los asuntos relacionados con la retribución económica a la que tenemos derecho los abogados como resultado de nuestro trabajo son temas prohibidos en las escuelas y facultades de derecho[1]. Los profesores o de plano no lo tocan, o cuando lo abordan lo hacen con una ligereza y superficialidad que lejos de resolver las dudas de los estudiantes, las incrementan.

Quizá lo anterior sea el reflejo de que la abogacía es considerada como una labor social, que tiene que ver con la persecución de ciertos ideales como la justicia, el bien común, la seguridad jurídica, entre otros. Por eso algunos profesores consideran poco pertinente o poco elegante hablarles a los estudiantes de derecho de temas económicos durante su formación, ya que parecería que al hacerlo se les aleja de tales ideales y se les inculca una visión más próxima a la abogacía como negocio.

También hay otros factores que contribuyen a que los honorarios sean un tema tabú[2]. Hay algunos abogados que no valoran suficientemente su trabajo: les falta autoestima profesional y sienten que no deben perder mucho tiempo en pensar en las consecuencias que para su economía derivan de la práctica de la abogacía.

Lo cierto es que, como ya se apuntaba, nadie nos ha enseñado a pedir dinero por nuestro trabajo ni nos han explicado las diferentes formas de plantear un cobro de honorarios. Finalmente, también es verdad que –como consecuencia precisamente de lo anterior- el tema de los honorarios nos puede producir un cierto estrés emocional, dada nuestra incapacidad para hablar del tema, saber plantearlo a nuestros clientes y poder reaccionar frente a su punto de vista.

Pero que no haya duda: el tema de los honorarios es uno de los más relevantes al momento en que un abogado se propone ejercer la profesión. Y por ello es que vale la pena estar bien informados sobre ellos, a fin de potencializar los beneficios que podemos obtener en el plano profesional.

Si quieren seguir profundizando en el tema, podrás encontrar mucha mayor información en mi libro Los honorarios profesionales de los abogados, México, Centro de Estudios Jurídicos Carbonell, 2017. Precio: 200 pesos

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Lo puedes adquirir en el Centro Carbonell (Calle Viena 22 primer piso, Colonia Juárez, Ciudad de México) o lo puedes pedir por correo escribiendo a centrocarbonell@gmail.com (tenemos envíos a toda la República).




¿Cómo cobrar honorarios profesionales?






[1] Tiene razón Óscar Fernández León cuando señala que para algunos el tema de los honorarios de los abogados es un tema “tabú”. Ver su libro El abogado y los honorarios profesionales: una visión práctica, Madrid, Thompson-Reuters-Aranzadi, pp. 33-34.
[2] Fernández León, El abogado y los honorarios profesionales, cit., p. 35.

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