Control de legalidad de las detenciones
Control de legalidad de las detenciones.
Una breve nota.
Miguel Carbonell.
Director del Centro de Estudios Jurídicos Carbonell AC.
Sobre el control
de legalidad de la detención, cabe señalar que el CNPP regula las detenciones
con y sin orden judicial. Sin orden judicial hay dos supuestos en los que se
puede detener a una persona: cuando exista flagrancia (artículos 146 y 147, así
como el artículo 148 cuando se trate de detenciones en flagrancia por la
presunta comisión de delitos que requieran querella) y cuando se presente un
“caso urgente” (artículo 150). Solamente cuando no exista orden judicial de aprehensión
se discutirá sobre la legalidad de la detención[1].
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El artículo 308
establece por el CNPP que el Ministerio Público deberá justificar las razones de la detención y el
juez de control deberá verificar que se haya realizado conforme a derecho. Si hubo
violaciones legales o constitucionales al practicar la detención, el juez
deberá decretar la libertad de la persona. De hecho, el Ministerio Público
tiene el deber de analizar la legalidad de la detención incluso antes de llegar
ante el juez, pues debe hacerlo tan pronto como se ponga a un detenido a su
disposición, de acuerdo a lo que señala el artículo 149 del CNPP.
Respecto de la legalidad de las
detenciones, deben tomarse en cuentas las dos siguientes tesis de la SCJN:
FLAGRANCIA.
LA DETENCIÓN DE UNA PERSONA SIN EL CUMPLIMIENTO IRRESTRICTO DEL MARCO
CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONAL QUE REGULA AQUELLA FIGURA, DEBE CONSIDERARSE
ARBITRARIA. El artículo 16, párrafo cuarto, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, prevé la siguiente descripción: "Cualquier
persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un
delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a
disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del
ministerio público. Existirá un registro inmediato de la detención.". Por
su parte, los artículos 9 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos y 7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos prevén como
requisitos para que la detención de una persona sea válida que: 1. Sus causas y
condiciones estén fijadas de antemano en la Constitución y en la ley; 2.
Prohibición de la detención arbitraria; 3. La persona detenida debe ser
informada, en el momento de su detención, de las razones de la misma, y
notificada, sin demora, de los cargos formulados contra ella; 4. La persona
detenida será llevada sin demora ante la autoridad competente que verifique la
legalidad de la detención; 5. Se ordene su libertad si la detención fue ilegal
o arbitraria[2].
FLAGRANCIA. LAS CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LA VIOLACIÓN AL DERECHO
HUMANO A LA LIBERTAD PERSONAL SON LA INVALIDEZ DE LA DETENCIÓN DE LA PERSONA Y
DE LOS DATOS DE PRUEBA OBTENIDOS DIRECTA E INMEDIATAMENTE EN AQUÉLLA. La
limitación al derecho humano de libertad personal es de carácter
excepcionalísimo y su escrutinio del más estricto rigor; por ello, cuando se
aduzca flagrancia, debe acreditarse que hubo elementos objetivos y razonables
para justificar válidamente la afectación a la libertad y seguridad personal.
Ello es así, en principio, porque toda persona tiene no sólo la legítima
expectativa sino el derecho a no ser molestada por la autoridad, salvo por
causas justificadas. Por su parte, la autoridad tiene la posibilidad de hacer
indagaciones bajo el marco jurídico y conforme a las atribuciones que
legalmente justifiquen su proceder. Sin embargo, no puede justificarse
constitucionalmente que bajo pretexto de cumplirse con cuestiones de aducida
legalidad, se actúe de manera arbitraria, lo cual debe ponderarse bajo un
estándar de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad de la medida empleada.
De ahí que si la detención de una persona, por aducida flagrancia, no se da
bajo el respeto irrestricto del sistema constitucional y convencional, es
decir, a partir del estricto cumplimiento de los requisitos y garantías
establecidos de forma mínima a favor de la persona que sufrió la detención,
ésta será considerada como arbitraria, al estar prohibida tanto a nivel
nacional como internacional. Las consecuencias y efectos de la vulneración a lo
anterior son la invalidez legal de la propia detención, así como de los datos
de prueba obtenidos de forma directa e inmediata con motivo de la misma; esto
conforme además a los principios de debido proceso y obtención de prueba lícita[3].
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[1] Sobre las órdenes de
aprehensión, ver el artículo 141 fracción III, 142, 143 y 145 del CNPP.
[2] Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, Mayo de
2014, Tomo I, Tesis: 1a. CC/2014 (10a.), página 545.
[3] Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 6, Mayo de
2014, Tomo I, tesis: 1a. CCI/2014 (10a.), página 545.
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